En el humo se proyecta el grosor de tus brillantes labios, la suavidez de tu frágil cuerpo, la calidez de tu adictiva piel, el olor de tu sedoso cabello, y los sonidos que ante mis dedos emitias con desespero, olvidando tu estatus social por completo.
Silueta distante, mujer seductora, y labios de pecadora, deja de menearte con tanta seducción ante mi ser, y basta de suplicar con ese mirar de inocencia pero a su vez de consumir mis huesos, ¿acaso no te das cuenta de lo obsesionada que estoy con tenerte en mi poder?
Tan solo quiero somerte al placer de sentir mis besos mientras te introduzco los dedos.
Retuercete para mi.
Eres tan provocativa como una golosina.
-J. S.