suena la música mi cuerpo se empieza a mover al compás de la melodía, y es cuando me doy cuenta que mi alma es liberada mi cuerpo ya no es una prisión para mi pobre alma.
Y sucede....
la música ha acabado y vuelvo a la realidad.
A esa dura realidad que tanto me ha hecho sufrir, ya no hay melodía, se acabó...
todo se acabó...