•Escucho música alta para no escuchar mis pensamientos. No compongo, por miedo a expresar mis sentimientos. Cómo, para matar mi ansiedad. Bébo alcohol, por miedo a que se me acabe el agua. No duermo por miedo a soñar y después despertar, para así darme cuenta de que todo era mentira. Si digo lo que pienso, hasta el más bueno me traiciona.  Soy una más del montón que vive en este mundo siendo esclava de mis palabras, de mente corrompida y de pensamientos impuros. No soy capaz de entender mi mente pero tampoco el exterior. En mi cabeza un mundo que aparenta felicidad es un mundo de dolor. En vida real sólo existo, porque irme no es una opcion. Sobrevivo con mis palabras que, casi siempre erradas, me meten en aventuras. A duras penas las emprendo por miedo a perderme en el camino. Pero al final del día me doy cuenta de que todo es real, posible y de que todos a mi alrededor son igual de raros que yo. Quieran admitirlo o no. En conclusión, MI MENTE: mi mundo feliz, pero irreal. MI CUERPO, ALMA Y CORAZÓN: en un mundo no tan feliz, pero que se puede cambiar.•