Este año me revolcó de todas las maneras posibles, me sacó de lugares donde quería quedarme para siempre, tuve pérdidas y meses donde sentí un dolor desgarrador que no se apaciguaba pero, aprendí que todas las cosas pueden acabar, y entendí que no hay nada más valioso que la salud, que la soledad es difícil pero que debía ser compasiva porque estar sola significa estar conmigo misma, me di cuenta que a veces veo al mundo con gafas oscuras y que otras veces veo el vaso medio vacío.
Este año hice mi mejor esfuerzo, aunque no todos los días lo hice bien, algunos tuve que parar y decirme que eso también pasaría, tuve que tolerar cosas, y tuve que seguir aún en los días que tenía el alma rota. Y aun así di lo mejor de mí, a pesar de mi dolor.
Espero que todos tengan siempre alguien con quien compartir sus días, que no nos falte un abrazo o un hombro en el cual apoyarnos. En la distancia, sepan que siempre hay alguien que los piensa, que recuerda ese comentario y sonríe.
Sigamos amando y siendo agradecidos, a pesar de todo, brindemos por las bendiciones que tenemos, la familia, un hogar y salud, amor y amigos.
Bienvenido sea un año nuevo, páginas blancas que escribir, y nuevas oportunidades de lograr nuestros sueños.
Con amor, Nanis.