Me reduzco a éxistir básicamente, pero cuando me levanto pienso en al menos siete imposibilidades a la vez. Escribo desde los nueve años y tengo el hábito de leer desde que básicamente se le enseña a leer a un niño. Me gusta imaginar, observar y escuchar las historias de la gente. Elegí el apellido de mi abuela cómo seudónimo por qué siempre hemos sabido que la inteligencia de la familia intelectual de la que vengo es gracias a ella.