Acabo de publicar el octavo capítulo de mi libro! Esta vez trato esos pellizcos del corazón que son las despedidas... Aunque evitadas, forman parte de nuestro día a día, y se encargan de que no nos quedemos estancados en la rutina, de recordarnos que seguimos vivos y, sobretodo, nos enseñan que siempre que se cierra una puerta, se abre una ventana. Dicho esto, puedo afirmar que las despedidas son necesarias en nuestra vida, y sin ellas la vida no tendría el mismo color (¿quién aprecia algo que sabe que siempre estará ahí?). Espero que os guste!