𝐍𝐢𝐧𝐮𝐬𝐡 𝐄𝐮𝐧𝐨𝐢𝐚
Una mente joven con un alma vieja. 
Me escondo entre letras donde nadie me ve, pero todo de mí queda.
 No busco ruido ni aplausos, solo alguien que lea y entienda en silencio.

Mis historias no son perfectas, pero laten.
Cada palabra es un refugio, cada página un grito suave, un susurro que apenas oyen.
 No soy luz, no soy sombra... Soy esa grieta donde nacen los mundos que nadie se atreve a crear, vivir, soñar, 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚𝐫... o salvar. Mundos que no encajan en moldes ni buscan ser perfectos, solo reales, vivos y auténticos.

En mi mundo intento ser eso, aunque a veces no encaje. 
Pero a veces me siento insegura, como si mis palabras temblaran antes de salir; o perdida, como una hoja que el viento arrastra sin rumbo. Cuando mis pensamientos se enredan, como hilos difíciles de desenredar, y la ansiedad me gana, como una tormenta que no puedo controlar.
Aunque mi mente me abrume, como un laberinto de voces enredadas que no me dejan escapar, sigo buscando en cada palabra un refugio, un respiro en medio del caos.

Y aunque mi voz sea callada, como un susurro que pasa desapercibido entre el ruido, en la multitud me siento como un eco olvidado, una página en blanco que nadie quiere leer. No soy esa voz fuerte ni el personaje principal, soy la letra pequeña que se pierde en el margen, la tinta corrida en una página olvidada, como si un llanto la hubiese manchado. La historia que no encaja, ni cuentan, en el relato común. Mucho menos en ese molde donde todo debe ser perfecto, conocido y normal. 
Pero sigo escribiendo, porque en ese silencio encuentro mi lugar, y en cada palabra, un pedazo de mi verdad.

Por eso, aprender a amarnos y aceptar nuestras diferencias es el principio para que esos mundos puedan existir.

Gracias por acompañarme en este viaje a través de mis letras ♥︎.