Lo primero que pensé al ponerme a escribir fue: Uff, una página enorme en blanco y yo sin saber ni por donde empezar. Luego dejé que mis dedos recorrieran las letras del teclado y mis ideas fueran saliendo sin freno ni orden. Los bueno de los ordenadores es que puedes escribir a lo loco y luego ir poniendo orden en las ideas. 
Yo la verdad es que tengo muchas ideas, pero nunca me he parado a ponerlas por escrito y que las lea mucha gente. He escrito muchos diarios, pensamientos, poemas, cuentos, reflexiones, pero siempre para leerlos yo sola o para muy pocos lectores, como los cuentos personales de mis nietos.
Es mucho más difícil escribir algo pensando en muchos lectores y sobre todo en muchos críticos, que están acostumbrados a leer cientos de novelas y narraciones que pertenecen a escritores muy trillados y que ya saben cual es el tema que a sus seguidores les va a gustar. 
Como yo aun no tengo seguidores, ni casi lectores, creo que voy a ensayar con historias sencillas y así me iré entrenando. Por algo hay que empezar, ¿no?