Cuando la conocí nunca esperé verla desde abajo, dentro de un hoyo donde ella y otras personas cooperaron en cavar. Quise ayudarla en todas mis posibilidades, traté en sacarla, juro que lo hice, pero al hacerlo, comprendí por qué todos estos años nunca había salido de ahí. Y es que era imposible. La herida era tan profunda, que cuando intenté tomar su mano, sus dedos no lograron rozar los míos.
Todo este tiempo estabas cerca de mí, pero al final, jamás me tuviste. Ni yo a ti.
—K