NoeliaSilesA

Mirar atrás nunca fue una opción, pero mirar adelante sin él, dolía. Llega un momento en el que te sientas a conversar con tu yo, ese yo personal que cada uno tiene y analizas, todo aquello que te ha venido sucediendo, lo que gira y da vueltas todo el día por tu cabeza, nos referimos a esas amistades que nunca le agradaron a mamá, al chico del cual te enamoraste aunque te llevará años de experiencia, la relación imparcial que llevas con tu hermana, el porqué tu papá hace y dice que le interesa pero nunca resuelve nada, desde cuando tu hermano mayor dejó de ser un ejemplo a seguir, y por cuántos psicólogos tienes que pasar para saber que la vida es una mierda la cual debes gozar, quiero ser explicita y a la vez no parecer grosera, este no es mi cuento de hadas aunque lo quiera transformar no podría, confieso haber soñado incontables veces ser una princesa a la cual perseguirían pasadas las doce, aunque ni salgo de casa, pero si me puedo llamar prisionera de mis propios pensamientos, mi terquedad al aferrarme a cosas y valorar virtudes de personas que no tienen nada bueno que desear.  

NoeliaSilesA

Mirar atrás nunca fue una opción, pero mirar adelante sin él, dolía. Llega un momento en el que te sientas a conversar con tu yo, ese yo personal que cada uno tiene y analizas, todo aquello que te ha venido sucediendo, lo que gira y da vueltas todo el día por tu cabeza, nos referimos a esas amistades que nunca le agradaron a mamá, al chico del cual te enamoraste aunque te llevará años de experiencia, la relación imparcial que llevas con tu hermana, el porqué tu papá hace y dice que le interesa pero nunca resuelve nada, desde cuando tu hermano mayor dejó de ser un ejemplo a seguir, y por cuántos psicólogos tienes que pasar para saber que la vida es una mierda la cual debes gozar, quiero ser explicita y a la vez no parecer grosera, este no es mi cuento de hadas aunque lo quiera transformar no podría, confieso haber soñado incontables veces ser una princesa a la cual perseguirían pasadas las doce, aunque ni salgo de casa, pero si me puedo llamar prisionera de mis propios pensamientos, mi terquedad al aferrarme a cosas y valorar virtudes de personas que no tienen nada bueno que desear.