¿Cómo es una última carta?
Diría tantas cosas, me despediría de tanta gente. Y a la vez, haría una última carta silenciosa.
Una que diga nada, pero a la vez todo. No pediría disculpas, tampoco diría gracias.
No me despediría, ya que nunca me fuí, porque en realidad, nunca estuve.
Si me despiden, no me digan “Fue una gran persona” digan, fue un ser humano y sobrevivió como cualquiera.
Si pudiera, escogería que nadie viera mi cuerpo. Cómo respeto, solo quiero ser ocultada y olvidada, como otra alma que pasó de su existencia a la nada.
En pocas palabras, solo quiero morír.
Nunca quise vivir.
Lo intenté, con mis fuerzas, con mis garras... Con todo gramo de fuerza en mi cuerpo.
Así que no te sientas mal si me pierdo, si me llegó a ir a los caminos del polvo universal.
Seré una persona que se fue de la miseria, para por fin ser feliz.
Para por fin tener paz.
Si leíste esto, quizás deje de existir, quizás mañana me levanté y nada de eso suceda.
Pero les habla alguien que vive, muriendo cada día.