Todo lo que cabe en un año, es mucho.
Mucho tiempo dentro de un año...
Pero para los sentimientos verdaderos no hay tiempo, o sí, se vuelve relativo.
Cada día que sumas, es un paso más lejos, un pequeño triunfo que a veces se evita aferrándose al pasado, sin soltar su mano, arrastrándolo a donde vayas, haciéndose más pesado el viaje, llevando cargas innecesarias, sin saber que al soltarlo, no es que olvides parte de tu vida, sino que siempre habrá un hilo que te una a él sin tener que cargar todos los años vividos, todos los recuerdos...
Casi un año de verte otra vez, de haber luchado contra mi misma, mi razón; de iniciar el cuento de nunca acabar, que ya acabó.