Al fin un rato libre después de siete horas de duro e intenso
estudio en su hogar; su madre, quién había podido tener la
oportunidad de acompañar a su querido retoño en tal tiempo,
le había dado permiso de ir a visitar a quién le diera gana, con
un tiempo no máximo de tres horas y media para regresar, y
quería compartirlo con su recién conocido.
Tomaba su pequeño 'estuche' de crayolas con treinta y dos
piezas y un cuadernillo de hojas blancas entre cada una de
sus manos, despidiéndose verbalmente de su madre y salir de
casa en busca del muchacho con nombre Abasi.
# Es bastante corto en realidad, pero lo hice con mucho amor.