La lluvia tamborilea contra el cristal. Afuera, el cielo ruge con furia, iluminando la habitación por un instante.
—¿Sigues despierto? —murmura una voz somnolienta.
—Mmhm —responde el otro, con la mirada perdida en la ventana.
El sonido de las gotas llena el silencio. Un rayo corta la oscuridad y el reflejo titila en los ojos del insomne.
—¿Piensas demasiado otra vez?
—No.
—Mientes.
Un leve suspiro. Luego, un movimiento en el colchón. Una mano se desliza con naturalidad, encontrando la otra.
—Entonces deja de pensar. Solo duerme.
El silencio vuelve, pero esta vez, es un silencio cálido. La lluvia sigue cayendo.
[Tobidei]