Hoy el poemario abre un umbral distinto:
una nueva sección llamada Heridas heredadas.
Allí florece Mi otra mirada,
un poema que habla de espejos rotos,
de niñas que cargan cicatrices invisibles,
y de la voz interior que tantas veces nos dice:
“no eres suficiente”.
Este poema es una confesión,
un viaje hacia la raíz de esas heridas,
y un intento de reconciliación con la luz propia.
Los invito a leerlo,
a dejar que sus palabras los atraviesen,
y si resuena en ustedes,
compartirme en los comentarios cómo se sintieron.
Porque en este rincón, escribir también es sanar juntos.
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