CREENCIA
Camina lento, su mano derecha se apoya en un bastón mientras su cuerpo inclinado hacia adelante deja su mirada en el suelo. Sabe que es cosa de poco tiempo, que ya es hora de dejar todo esto, que ya no tiene anhelos, ni metas ni inciertos. Sus hijos ya son padres, ya le han dado nietos, y ellos bisnietos. Ya protestan sus decisiones, en muchas no están de acuerdo y piensa que eso es señal de que están grandes, que ya todo está hecho. Ahora ya es tiempo de hacer un repaso porque el tiempo que queda no es mucho, y el final esta presto. Al cruzar la calle levanta la vista como mirando al cielo, mientras piensa cuantas veces ha recorrido ese trecho, y muy dentro suyo sabe que se ha esforzado en seguir sus consignas, de ser un ejemplo. Sereno, ingresa en la iglesia y se arrodilla despacio, para decir aquí estoy, como cada domingo, mirando la cruz allá por los cielos.