Tras verlo sonreír nuevamente, un peso enorme se quitó de los hombros de Hikaru. Se sintió como si volviera a ser humana, finalmente libre tras un corto periodo de preocupación prácticamente extrema. Esto se materializó en una sonrisa en el rostro de ella, sus mejillas levemente sonrosadas le dieron un tono incluso más tierno y compasivo a la expresión en su rostro.
Poniéndose de pie junto con él, la mano de Hikaru se entrelazó con el brazo del contrario, abrazándose a él levemente en un gesto cariñoso. Estaba tratando de ser incluso más dulce de costumbre con él, y esto se haría notar en cada acto, expresión y movimiento por parte de ella.
—De acuerdo, corazón. Es... por allá. —hizo un gesto con la cabeza en la dirección que mencionaba— ¿Seguro que te sientes bien? Podemos esperar más si lo deseas. —girándose a él con una expresión algo preocupada y un pucherito en sus labios, apretó un poco el cuerpo propio contra su brazo, en un intento discreto de reforzar el agarre.