Angustiada a mil, con el nudo en la garganta y lágrimas sin derramar en mis ojos.
Lidiando con este día, con tu ausencia como una campeona.
Y ahora me toca lidiar con el dolor y malestar de terceros como si yo no estuviese rompiendome por dentro, recordandote a cada segundo.
Cuando atisbo un rayo de luz en mi hermosa semilla de amapola, en mi inmensa luna, todo se derrumba.
Termino tratando de ahogar en alcohol mi dolor, tu recuerdo y el peso de aguantar tanto.
Te amo, te extraño y te recuerdo siempre abuela de mi corazón.
Estoy cayéndome a pedazos por dentro, abuela.
Te necesito como nunca y duele saber que no estás.