Tú, llámame Pandora.

Nací en el País de las Historias Fantásticas, estudié en Hogwarts, Colegio de Magia y Hechicería, pasé mis veranos en el Campamento Mestizo.

Y, por fortuna, aún no soy lo suficientemente mayor como para confundir a una serpiente devorando un elefante de un insulso sombrero. O eso espero.

El olor a libro viejo es de mis cosas favoritas. Incluso aunque las únicas páginas que puedo permitirme tocar son las digitalizadas a través de un cristal. 

Hoy por hoy, sé que los monstruos malos de verdad no se ven como monstruos, que llorar debería ser un derecho humano, y que el buen gusto está sobrevalorado.

He odiado muchos libros, he sido traicionada por muchos autores y he invertido horas de sueño y estabilidad a su causa. Sobre todo, he crecido. Y sigo creciendo. Pero como soy muy mala expresando mis sentimientos, los escribo. Escribo, escribo, imagino y vuelvo a escribir.

Y dada la casualidad que, de vez en cuando, a alguien le interesa.

Pero sé cómo funciona esto. Si estás leyéndome, lo más probable es que sean las 3 am y estés demasiado agobiado, aburrido o tengas audífonos puestos. Así que bienvenido.

Sin duda eres de los míos.