A todas las editoriales donde habito, colaboro, interfiero o desaparezco:
          	
          	Estuve fuera. No por falta de interés, sino por colapso interno. Problemas personales, sí, pero también una necesidad de apagar el sistema, de silenciar el ruido, de reconfigurarme.
          	
          	Me disculpo por el vacío, por los mensajes no respondidos, por las ideas que quedaron en pausa. No fue abandono, fue supervivencia.
          	
          	Desde ahora, vuelvo. No con promesas, sino con presencia. Vuelvo a escribir, a editar, a construir. Vuelvo con glitch, con caos, con intención.
          	
          	Gracias por no cerrar la puerta.
          	
          	—Mari