Esa tarde nublada con aquella nubes grises que anunciaban la lluvia, aquellas nubes, que siempre observaron sus sonrisas y sus lagrimas, aquella tarde que recibia una vez mas sus emociones en aquel parque, el parque en el que siempre se refugió, un parque que para muchos no sera nada pero que en su persona siempre le recordaba los dias que pasó allí, cuando algo le sucedía bueno o malo, cuando algo conseguía, superaba o algo atormentaba sus días, el parque que él sabia que lo esperaría siempre.... En los días nublados o soleados, fríos o calurosos, tibios o helados.. Durante el dia, en la tarde o en la noche, ese parque estaría ahí, esperando que regresara para volver a observar como su vida pasaba y como conseguía amarse a si mismo aunque le costara, poco a poco lo iba consiguiendo... Porque cada día, ese sol o esas nubes estarán allí, para recordarnos que siempre es el momento para comenzar a amarnos.