Amo leer. Lo hago de forma voraz desde los once años y se ha convertido en mi manera de desconectar del mundo, de perderme en otras realidades paralelas que siempre me enseñan, me inspiran o me regalan momentos de disfrute íntimo. Es mi pequeña terapia contra el estrés del día a día. 

Y de vez en cuando también escribo. Aunque de momento es algo que solo hago para mí, un pequeño desahogo. Un capricho que me doy de vez en cuando para sacar a fuera esas cosas que se te agarran dentro. Si al final consigo superar mi timidez innata y mi pudor, quizás me anime a compartiros algo, pero no prometo nada, ya veremos. 😉

De momento me ofrezco a devorar vuestras historias y dejarme arrastrar a vuestros mundos.