Desde pequeña se sentía atraída hacia el mundo de las letras, comenzaba leyendo todo lo que le pareciera interesante y fue sumergiéndose en los libros, hasta que pudo escribir sus propias historias y cuentos, basándose en su vida cotidiana y las fantasías que la acompañaban cada noche.
Exponía sus sentimientos en el papel, creando poesía inspirada en sus emociones que jamás dejaban su mente tranquila. 
Paulina describe sus obras como piezas inocentes y al mismo tiempo espeluznantes, ya que puede hablar acerca de las bonitas sensaciones que le hace sentir la naturaleza, hasta la más bella flor, y en cualquier momento se transforma en un escrito melancólico hablando sobre la muerte de ésta misma.
Magia, terror, melancolía y ternura, son las palabras que describen perfectamente el trabajo de Paulina, quien se refiere a sí misma como Lechuza de Cementerio.