Me pidieron que callara para evitar problemas, y callé, aún viendo como todo era injusto.
Me pidieron que aprendiera a manejar mi ira, y contuve todo lo que sentía.
Me pidieron que liberara el estrés acumulado, y mis sentimientos, mediante terapia, y me volqué en la escritura.
Me pidieron que publicara mis escritos, porque eran buenos y muchos se identificarían conmigo.
Me pidieron que no publicara nada, porque la gente se ofendía.
Me pidieron que guardara mis opiniones, porque a nadie le importa.
Me pidieron que también guardara mis pensamientos y sentimientos, porque, a quién le interesan.
Me pidieron nuevamente que los escribiera y publicara, lo hice. Ahora piden que calle otra vez.
Quieren que despierte a mis demonios internos. Pobres criaturas, que no saben lo que les espera...