Cuando vas creciendo los días suelen pasar más rápido, las semanas solo están para gastar tiempo que no alcanza, ya no hay puentes largos o fines de semana que te relajen de verdad.
Ya no hay tardes sin preocupaciones. No hay sueños de más de ocho horas, ni energía infinita, ya no hay tolerancia ni amabilidad.
Pero eso significa crecer o madurar, ¿no?
Crecemos en una burbuja llamada niñez, la cual se supone nadie puede tocar o pinchar. Pero entre más crecemos, más tiempo pasa, consumimos el aire dentro de ella. Poco a poco se va haciendo más pequeña hasta que ya no cabemos y termina explotando.
Ahora todo eso que veíamos de lejos, creíamos anhelar, llega como una fuerte palmada en la cara para hacerte despertar y empezar a pensar.
¿Acaso sabes qué es la vida?, ¿qué vas a hacer de tú vida?, ¿a quién vas a amar?, ¿dónde vas a vivir?, ¿vas a amar de verdad tu carrera?, ¿vas a ser bueno en tu carrera?, ¿vas a obtener un buen trabajo?, ¿vas a cumplir todos esos deseos que tenías?
Todo tenemos miedo a la incertidumbre de nuestro futuro, cómo va a pasar el tiempo.
Yo ahora mismo tengo miedo de que pase el tiempo, de que a quienes amo envejezcan, que se acerquen a la muerte. Que mi futuro no sea lo que espero, que al crecer olvide ese sentimiento de esperanza e ilusión total.
Pero, ¿qué significa realmente ser un adulto?