Una mujer es juzgada por sus habilidades en la cocina, vestimenta, físico, entre muchas otras cosas.

Un hombre es juzgado por sus habilidades deportivas, físico (de nuevo), vestimenta (de nuevo), entre (de nuevo) muchas cosas más.

¿Saben qué? Estoy harta de todas estas rejas que nos privan de nuestra libertad.

¿Qué importa si un niño decide amar a otro niño?

¿Qué importa si una niña decide amar a otra niña?

¿Qué importa si un niño decide amar a una niña, o viceversa?

¿Qué importa si te gustan ambos?

¿Qué importa si un niño le gusta jugar con muñecas?

¿Qué importa si a una mujer le gusta jugar con carritos?

¿Qué importa si les gusta jugar con ambos?

Todos somos piezas perdidas que ansían ser encontradas, cuando en realidad deberíamos ser nosotros quienes nos encontremos.

Todos somos la misma mierda por dentro.

Deberíamos poner fin a todas las guerras, y ser guiados a nuestra propia libertad fuera de las rejas.

-Phoenix.