- Cristina despierta o llegaras tarde!!-la voz de mi madre suena ronca, como si hubiera estado bebiendo alcohol durante toda la noche.- Cristina! Vamos!
El sueño no se despega de mi cuerpo, por mucho q luche contra el, sigue sin despegarse de mi. "Vamos cristiana despierta, vamos". Mi cuerpo esta completamente dormido, pero en cambio mi mente esta completamente despierta. Mi mente gana la batalla. Me levanto de golpe sin esperar ni un segundo, entro en el cuarto de baño.
Me miro al espejo, no parezco yo, tengo unas manchas debajo de los ojos inmensas en cambio me siento llena de energía.
Oigo los tacones de mi madre q suben las escaleras, no me acordaba. "Llego tarde, mierda!".
Salgo del cuarto de baño y me dirijo al armario. Cojo unos tejanos azul oscuro y una camiseta básica blanca, es otoño por lo tanto la cojo de manga larga.
- Cristina...-es mi madre, tiene la mirada triste como un cachorro abandonado, hacia tiempo que no la veía con esa mirada.
- Mama...cuanto llevas mirándome?
- Cariño, acabo de llegar. Vas a llegar tarde al instituto...date prisa, tienes el desayuno abajo, me voy a comprar, te ir a buscar a las 3.
Mi madre se da la vuelta y me deja sola en la pequeña casa infestada del olor a tostadas.
De repente me invade un vacío por dentro que nunca había sentido. Me quito el pijama y me pongo la ropa. Entro en el baño, me lavo los dientes, me cepillo el pelo y bajo a la cocina. Huele muy bien, aunque me doy cuenta de que llevo un minuto con los ojos cerrados inhalando el delicioso aroma.
