Lia Craven

¡Hola! Si estás leyendo esto, te doy las gracias por seguirme. Han pasado, literalmente, dos años desde que usé está página. Mi vida ha sido una montaña rusa que ha comenzado a estabilizarse. Por eso quería que supieran como me organizaré ahora. 
             
          Para los que estaban leyendo "La médium": por problemas con los derechos, no publicaré hasta que esté terminada. Con la edición que me falta, tratando de mejorar la narración, los personajes y la trama; asumo que en unos tres meses será publicada en término. 
             Sobre "Te extraño": Tenía 16 años cuando la escribía, ya no soy la misma y pienso diferente que entonces. Lo siento mucho, no la seguiré.
          
             Me gustaría empezar a subir pequeñas historias, como songfics, semanalmente. Sé que seguramente nadie leerá ni siquiera este mensaje, pero si hay una sola persona quería que supiera que he vuelto. Besos.

   Bajé del auto aturdida. Mi cuerpo se sentía extraño, pero eso me fascinó. La sensación de adrenalina mezclado con el miedo, el sonido del motor, la oscuridad siendo engullida por la velocidad y el actual bullicio causado por la victoria, colmaron a mis sentidos como nunca antes. Sí, me sentía perdida, pero esa sensación me hacía sentir plena, como si estuviera volando, al contrario de como me encontraba. Mis manos presionaron con fuerza la puerta y mi cuerpo rogó por un poco de equilibrio, pero unas fuertes manos, que se aferraron a mi espalda, se lo negaron. Repentinamente me encontraba viendo a mi entorno en un continuo remolino, caras, luces y colores se mezclaban con la oscuridad de la noche, lo que me mareo aún más. Mis brazos rodearon su cuello con desesperación y mis ojos se cerraron mientras escondía mí nariz en su cuello. Su olor, esa mezcla entre perfume masculino y sudor, me pareció extrañamente sedante. 
          
          —¡Ganamos! ¡Mery, ganamos! —gritó en mi oído sobre la estridente música —. ¡Como en los viejos tiempos!
          
          —Como en los viejos tiempos —susurré en respuesta, aún cuando sabía que no me escuchaba.
          
          
          
          *PROHIBIDO ENAMORARSE*

   Su respiración era erratica y sus piernas ardian por cada paso que daba, pero la desesperación y los gritos que escuchaba a su espalda la impulsanban a seguir adelante. Su pobre cuerpo sufría por el esfuerzo, "Después de tanto", murmuró para sus adentros. Una sonrisa surcó por sus labios, era tenue y cargada con una angustia inconmensurable, pero demostraba como se sentía realmente. Porque a pesar de haber vivido por tanto tiempo en el infierno, por fin era libre. El futuro le prometía sacrificio, autosuperacion y templanza, pero ella no se echaria para atrás, después de todo ahora solo le quedaba buscar a su felicidad, aquella que perdió hace muchos años y que iba a mover cielo y tierra para encontrar.
          
          
          
          *FELICITY*

—Celos.— Dijo repentinamente, interrumpiendo el silencio.
          —¿Cómo?
          —El veneno del amor son los celos.— Sus palabras parecían contundentes, como si creyera fervientemente en ello.
          —Eso es algo muy obvio ¿No crees?— Pregunté con una sonrisa desdeñosa.— Yo creo que es peor aún. La raíz del problema es el propio amor, que nos vuelve egoístas, ambiciosos y estúpidos ¿Cuantas cosas se podrían haber evitado? Guerras enteras por el amor de una mujer, suicidios por amores no correspondidos, familias abandonadas y destruidas, todas acciones estúpidas en nombre del "amor".
             Sus ojos me analizaron con asombro y pena, pero no me refuto, sería romper las reglas, terminar nuestro contrato. Pero pude ver como su mandíbula se apretaba, se mordía la lengua y movía la vista ofuscado, quería decirme algo, ansiaba decirme algo, pero no estaba preparado, no aún.
          
          
          
          
          *PROHIBIDO ENAMORARSE*

Su inmutable seriedad se vió afectada por mi confesión.— ¿Se lo has dicho? 
          
          —No, ni pienso hacerlo. 
          
          —¿Por qué? — El sonido agudo de su voz recalcó lo contrariado que se encontraba, pero no dejé que eso me afectara. 
          
          —Porque la amo y haría cualquier cosa por ella. — Contesté con firmeza.— Ella es lo mejor que me ha pasado en la vida y no me arrepiento de lo que hice, ni la culpo por olvidarlo. Saberla con bien y feliz, hace que todo ese sufrimiento valga la pena.
          
          
          
          *PROHIBIDO ENAMORARSE*

—Prefiero un "te deseo" sincero, que un "te amo" falso.— Dije mirándolo fijamente a los ojos. Él simplemente sonrió.
          
          *PROHIBIDO ENAMORARSE*

-Yo jamás me voy a enamorar.- Dije segura de mi misma, pero su risa burlona me hizo cambiar mi expresión para mirarlo mal.
          
          -Lamento decirte que estás muy equivocada.- Lo miré enojada pero su mirada ida y su rostro teñido por la seriedad, me impidieron refutarle.-  Cuando uno se enamora no hay manera de escapar, puedes enojarte, negarte, incluso fingir que nada pasa, pero llega un momento que no puedes más. Sabes que has caído, no sabes cómo, ni cuándo, solo lo sabes. Caes en la cuenta que esa persona se ha incrustado en tu corazón, no, mejor dicho se ha transformado en él, plagando cada uno de tus pensamientos y sentimientos.- Se ríe sin gracia, como si supiera exactamente lo que se siente estar en ese estado, no como si hablara de un simple libro.- Es la cosa más desesperante del mundo, más aún cuándo ella no sabe nada, y solo se queda ahí a tu lado pero a galaxias de distancia, como si se burlara de tú debilidad por ella.
          
          -Entonces más aún trataré de evitarlo.- Contesté firme.- No creo en los cuentos de hadas, sé que el amor y el dolor son mejores amigos. He visto a personas esperando 40 años a la persona "Indicada" para terminar divorciadas al año. Sentir es inestable, te vuelve débil, atrae al caos, y yo aborrezco al caos.
          
             No me contestó y yo lo agradecí. Simplemente nos quedamos ahí, cerca pero tan lejos, siendo observadores pasivos y ausentes del cripitar de las llamas, viendo pero no observando, escuchando pero no oyendo, aislados de nuestro propio entorno.
          
          
          *PROHIBIDO ENAMORARSE*

-¿Me amas?- me pregunto él mientras la posaba sobre mis manos.
          -Con toda mi alma.- Respondí mientras lágrimas de impotencia caían por mi mejillas.
          -Entonces hazlo.- Insistió con firmeza. Trataba de hacerse el fuerte, lo conocía demasiado bien para dejarme engañar, pero aun así note como el dolor hacia mella en él. Asumiendo nuestro destino.
          -La próxima te esperaré y todo será diferente.- Prometí con seguridad mientras la colocaba en mi sien y apretaba el gatillo, perdiendo el conocimiento para siempre. 
          
          
          *LA MÉDIUM*

-Solo hay que poner fé y Dios hará el resto.- Dijo Brais dándome ánimos. Pero yo le sonreí con sarcasmo le respondí sería.
          
          -Yo no soy una persona que deja todo en manos de otros, ni siquiera en las de Dios. Yo soy una persona que cree en sus sueños, que se sacrifica por ellos y que, cuando llega al final sonríe. Pero sonríe con orgullo, extasiada porque a pesar de sufrir tanto, de estar bañada en sudor, sangre y lágrimas, lo logró. Porque a pesar de haber sufrido y sacrificado tanto, logró aquello por lo que tanto luchó y salió vencedora. Esa es la clase de persona que soy yo.
          
             Él se me quedó mirando con esos ojos azules que siempre me transmitieron paz, como ahora, y me sonrió orgulloso para luego envolverme en un abrazo de oso.-Lo sé, enana. Y esa es una de las razones por las que te amo tanto. Eres la mejor amiga que puede existir.
          
          -Yo también te amo, tonto.- Dije mientras le devolvía el abrazo.
          
          
          
          *PROHIBIDO ENAMORARSE*

"-Entonces, ¿Qué es la realidad?
          -El exceso de finales tristes.
          -¿Y la fantasía?
          -El exceso de finales felices.
             Mire a Ysmael con una sonrisa, estaba totalmente de acuerdo con él, pero no dejaría que lo noté."
          
          *PROHIBIDO ENAMORARSE