La puesta de sol es hermosa, pero todavía hay algo patético, dramático e inquietante. ¿Por qué nos duele el corazón al ver la puesta de sol?
Esta admiración causa un dolor desgarrador que nos absorbe en el contexto de un espectáculo deslumbrante donde se exponen nuestros pensamientos, quema nuestras entrañas, pero sigue siendo tan encantador y atractivo que no puedes apartarle la vista en ningún instante. Te atrapa.
Probablemente ésta es la razón por la que el ocaso causa los sentimientos más genuinos y sinceros de una persona.
La puesta de sol te hace sentir todas las paletas de emociones pero al final, cuando el sol desaparece más allá del horizonte, nos sentimos terriblemente solos y aterradores. Y lo único que gira en nuestra cabeza es la sed de ver nuevamente esta increíble puesta de sol al día siguiente.
Así nace el amor de la vida.