Leer es mi pasión y escribir mi manubrio en esta bicicleta de vida. Me encanta cuando una historia queda plasmada en mi mente aún cuando ya la he finalizado. Adoro cuando comienzo a escribir y los personajes toman vida dentro de mi mente y se adueñan de mi corazón. 
Admiro mucho a aquellas personas que no temen decir lo que piensan en sus novelas porque hay que tener mucho valor para hacerlo. Sinceramente, me considero una persona callada pero astuta, calculadora y hasta manipuladora pero muy cobarde. No todos somos como aparentamos y yo soy un claro ejemplo. 
Le agradezco a Dios, al universo y toda la energía mística su paciencia y apoyo a la hora de escribir.