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(You are my adoration).

Freaking ambitious boy.

You already have it all.

Y no me prives del placer de disfrutar tu cercanía pronto. 

Claro que podrías (!!) pero por más que fascine la alternativa de verte parafrasear a favor mío mientras mi paladar toda babea la escena, no quita que mi persona terminará en un centro psiquiátrico a final de año, y atravesar la época navideña con otros internos no es precisamente meta. Espero y el fin de semana se haya compadecido del profesor, es exceso de trabajo para un hombre que solo debería estar encima (o debajo) mío el resto de sus días. He adoptado la maña, si bien mis dedos amenazan con despellejarme bajo el estado, juro evadir la optativa y amoldarme al trabajo. Ven a escrutar el paraíso. 

Por fin, dioses. No me despejaba de más una última faena, pero ya está. ¿Me echas en falta? Yo lo hago tanto que de verte, lo mínimo que haría sería prenderme a ti. * Cada faz mía es tuya, lo sabes. Mancilla la que te plazca, signa alguna otra (…) en lo que tú haces eso, te haré añicos cada tramo de piel que se alce exquisita (absolutamente toda). 

(Es exactamente lo que haré, bonito mío). Es irónicamente curioso el hecho de que el temporal borrascoso continuamente escolte tu aproximación por mis lares; sé que ha acontecido hasta tres veces en estos lapsos. Cordial pista a que debes ser mi compañía cuando azote nuevamente. Conocemos de lleno ya el final de la noche pero trazar el espectáculo será un deleite puro, y la indulgencia nunca fue lo tuyo, la mía menos.  La persecución deberás hacerla por la tierra de los vivos, tuve que aclarar que el alcohol jamás volverá a empujarme suave hacia el otro lado (o ahí sí deberás ir a mi rescate). Oh por dios. El chisme aquel me cala hasta los recovecos más cotillas y entrometidos. No hay nada más fraudulento que un hombre (asumo y roza el vejestorio) respaldado bajo tal historial, pero aún así de estar en tus zapatos, no podría creerlo. ¿Meditas usarlo a favor tuyo si llegase a ser necesario y útil? En tú lugar, no lo pensaría dos veces. 

(Enhorabuena por atribuirme el albedrío de hacerlo no una, ni dos, ni tres veces). En la noche cayó una borrasca seria que se prolongó hasta hoy: excusa idónea para no moverme de mi recoveco. Imagino y no te olvidas de acompañar el clima con los abrigos adecuados cada vez que pisas fuera. Te arrastraré conmigo a una, hasta que el hormigueo en las palmas me imposibilite dejar las manos quietas contigo y te remolque al sector privado para la degustación en primera fila. Te despliego la estelar de la noche: estragos alcohólicos. No tiendo a ser alguien que se deja llevar por tal líquido, pero no distinguí lo jodido que estaba sino hasta que una amistad me extrajo de un balcón donde según yo, estaba descansando pero en realidad estaba acomodado al borde como si fuera sofá. Pudo ser desgracia, pero terminó en anécdota. Tu turno, lindura mía. ¿Cómo la pasó el profesor roba-suspiros? 

Semana cuestionable, en efecto. Pero heme aquí, domesticando al caos que ni yo me lo creo, (te voy a reventar, quien te avisa no traiciona) para sorpresa de mis defensas, no libraron resfríos pero sí una estorbosa alergia momentánea que ya se evaporó. (…) Dame dos segundos más para superar la proyección y lo jodido que me deja tenerla incrustada en la cabeza. Exquisito disfraz, y exquisito hombre. ¿Buscas enfermarme? Sortarios los ojos que te atravesaron bajo el atuendo, los míos te hubieran despedazado en vivo y en directo. Mi ausencia anoche justo se atribuye al enmascaro, dos amigos de la carrera y yo nos aventuramos a una fiesta a las afueras. ¿Cómo me ves de «Manos de Tijera»? Lo llevaba manipulando con telas desde hace un mes, y no es por nada, pero lo lucí en su amplio y entero esplendor. 

Permíteme escudarme en la fachada de alguien con la prudencia no deteriorada. 

Ya te di saludo por ahí, dime hola. 

Aguarda #%!?&$. 

Unpleasant enough to make you stay, babe.

Oh, more careful. Keep talking like that and I’ll start to believe everything in me was always yours to begin with.

Call it hate if it helps you sleep, darling.