Estoy agotada.
No sé si es por la terrorífica realidad con la que a veces me enfrento.
Estoy agotada.
No aseguraría que es por la presión constante en la que mis familiares, maestros y amigos me someten a diario.
Estoy agotada.
Tal vez tiene que ver con mis mil y un inseguridades, o con esa vocecilla interior que me repite una y otra vez que soy una inutil.
Estoy agotada.
Y aunque muchas veces siento desfallecer reuno toda la valentía que creo que no tengo y me mantengo de pie, poniendo la frente en alto y haciendo valer mi ardúo esfuerzo.