[ Vengo a dejar un rol aquí y me voy lentamente. . . ¿? ]
—El día tan esperado por el pequeño Uzumaki había llegado, la prueba final del examen Chūnin. Llevaba esperando este día mucho tiempo, pues sabía que así podría hacer sentir orgullosas a las dos mujeres mas importantes de su vida, su madre y su hermana y también quería captar la atención de su padre, pues estaba harto de que prácticamente le ignorase tanto a el, como a su familia. Pese aún sabiendo la prohibición del kote en los exámenes, decidió llevarlo, solo por si en algún momento le era necesario usarlo. Pasó los primeros combates sin problema ninguno, por lo que no tubo que hacer uso de dicha herramienta. Llegó el combate final, su rival, Shikadai. La batalla transcurrió normal, hasta el momento en el que el azabache logró inmovilizar por completo al rubio, este, nervioso miró hacia las gradas donde se encontraba su su familia, vió como su madre y su hermana, nerviosas le seguían animando, ellas confiaban en él y él no las podía fallar, por lo que sin realizar sello alguno con sus manos hizo aparecer tres clones de sombra tras Shikadai, obviamente usando el kote. Fue entonces cuando logró ganar el combate, cuando se sintió sorprendido por su padre, el cual en un abrir y cerrar de ojos se había plantado frente a el con un gesto serio. Le había descubierto, el Hokage le hizo renunciar a su bandana ninja y dió por victorioso a su rival. El pequeño Uzumaki no tardó en salir corriendo del recinto, llorando pues había decepcionado no solo a su padre, si no también a su madre.—