Martes, 11 de noviembre, y sigo diciéndole a la vida y al destino que porfavor, me contestes a los mensajes de WhatsApp y me diga, que es todo una mentira y un mal sueño del que puedo escapar solo abriendo los ojos.
Te quiero, Rocío, eras una de mis mejores amigas. Aquella con la que confíe para todo, le conté mis penas. Lloramos, reímos juntas. Nos hablábamos cada día y sentíamos la ausencia de la otra cuando algo iba mal. Por eso desde ayer, sabía que no era normal que no respondieras, pero todo pensé, menos esto.
Vuelve a decirme que tienes muchos proyectos para el próximo año. Por favor, llamame y deja que escuche tu voz en esos interminables audios a modo podcast que disfrutaba tanto mientras limpiaba la casa o hacía otras cosas. Vuelve a mi vida, por favor. No hagas que el mundo se oscurezca más sin tu presencia.
Te voy a extrañar tantísimo. No sé qué pasó, pero no me importa. Solo quiero que vuelvas. Te quiero, te quiero muchísimo, y siempre vas a vivir en mi corazón ❤️