—Sé muy bien que la amas a ella, pero déjame ocupar ese lugar.
El príncipe Velaryon calló por un segundo.
—Nunca.
Y con esa palabra mi corazón se rompió.
—Sé muy bien que la amas a ella, pero déjame ocupar ese lugar.
El príncipe Velaryon calló por un segundo.
—Nunca.
Y con esa palabra mi corazón se rompió.