Nota del autor
Esta historia termina aquí.
No porque no pudiera continuar, sino porque ya no me siento inspirada para seguirla.
A veces las historias se detienen solas, se cansan, o simplemente necesitan silencio para volver a encontrar su voz.
Si algún día la retomo, será mucho más adelante —cuando los personajes vuelvan a hablarme otra vez.
Gracias por leer, por acompañar a Lía y a Damián hasta este punto,
y por comprender que algunas historias también merecen descansar.