Desde siempre me ha encantado leer. Perderme entre páginas es una de mis formas favoritas de desconectar del mundo y conectar con historias que me hacen sentir, pensar y soñar. La lectura para mí no es solo un pasatiempo, es una parte de quien soy.

Uno de mis mayores placeres es explorar mundos creados por autoras como Joana Marcus, con sus historias intensas, reales y emocionalmente cercanas, que siempre logran remover algo dentro de mí. También soy fan de la fantasía épica y los universos bien construidos, por eso amo los libros de Sarah J. Maas, cuyas sagas como Una corte de rosas y espinas o Trono de cristal me atraparon desde la primera página. Me fascina cómo logra crear personajes tan complejos y tramas tan adictivas.

Otra de mis autoras favoritas es Jennifer L. Armentrout, con su mezcla de romance, acción y fantasía. Su estilo ágil y su habilidad para construir tensión emocional me mantienen enganchada de principio a fin. Y, por supuesto, Rebecca Yarros también ocupa un lugar especial entre mis lecturas. Su manera de escribir emociones tan profundas, muchas veces desde lugares difíciles, me deja pensando incluso después de cerrar el libro.

Mi gusto por las historias no termina en los libros: también me apasionan las películas. Disfruto mucho del cine que me hace sentir, pensar o imaginar. Desde películas de ciencia ficción y distopías hasta romances intensos y adaptaciones literarias, siempre estoy buscando algo que me deje huella. No importa si es una producción sencilla o una gran saga, lo que más valoro es que la historia me conecte de alguna forma.

Leer y ver películas no son cosas separadas para mí: son dos formas distintas de vivir muchas vidas, viajar a lugares imposibles y conocer a personajes que, de alguna manera, siempre terminan dejando algo en mí.