Después de meses te fuiste y ahora llegó aquel amado amanecer, mi cielo de mediodía, mi luz del florecer amado cielo el mío que veo y siento cada respirar, amada mi bella luz que alumbra, amado aquel que con sus labios serenos ha dado de beber a tan pobre sujeto, mi luz de medio día llegar ahora que la tierra se ha recuperado y o amada la luz que con gracia proporcionas a los cultivos aventurados, o Dios que todo lo ve, que todo lo siente y que todo lo proporciona, que con sus sabios movimientos nos ha encontrado a nosotros los malaventurados, o señor Dios que sabio eres sujeto a nuestra alabanza no me permitas que me despierte de esta noche que entre tus manos me meci y entre tus ojos me asome para ver la gloria, o amados castaños de olor a gloria y sentimiento de triunfo, permíteme vivir la gloria entre sus dedos y ver el cielo a través de sus castaños.