Me gustan las historias, no puedo evitarlo. A veces me llegan en forma de libros, otras como canciones, o conversaciones. Y, cada tanto, hay historias que surgen dentro mío. A estas últimas las convierto en cuentos, novelas o canciones, porque creo que la ficción es lo que le da sentido a este mundo caótico y sin sentido.
Mis primeros amores literarios fueron Poldy Bird y Jack London, allá en otro siglo, cuando tenía 6 y 7 años. Hasta que llegué a la adolescencia y descubrí dos géneros que me marcaron: el horror y la ciencia ficción. El primero me permitía descubrir la parte más sombría del ser humano. Y con el segundo pude imaginar qué tanto podíamos alcanzar a explotar como especie aquel potencial del que tanto hablaba Nietzche. Y cuando conocí a Saki... aquello fue enamorarse fuerte de la obra de un autor.
Otro de los motivos por los que me apasiona la ciencia ficción es esa posibilidad de analizar e incluso criticar costumbres o situaciones actuales trasladando la acción a un universo ficticio. Y la posibilidad de educar al lector de forma tan sutil que la lección y la acción sean indistinguibles entre ellas.
Además de escribir, también soy fanático de las series "Star Trek" y "Doctor Who", por su visión humanista y esperanzadora de la humanidad.
Las idas y vueltas de la fluctuante economía y el panorama laboral no han sido buenas conmigo, pero creo que he conseguido aprovechar cada pequeña tragedia como inspiración, a lo largo de los años.
Si tienen Twitter, pueden buscarme como @rocaferm, donde me la paso recomendando y opinando sobre series, películas y libros.
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