Hace casi tres años que ya no estás, y me parece algo demasiado cruel que lo único que me quedé de vos además de tu recuerdo sea esto.
Que lo único que me quedé de vos sea esa historia de la que tantas veces me hablaste que tenías ganas de publicar, pero que jamás me quisiste contar porque tenía que esperar el momento para leerla. Esa historia que quedó completa en tus borradores pero nadie jamás va a poder leer de nuevo más que cuando lo hiciste.
Me gustaría que hubiera sido todo una mentira y nunca te hubieras ido. Que siguieras acá. Quiero que me mandes un mensaje de nuevo, que me cuentes que hiciste en el día, qué pasó con esa chica que te gustaba, ese hombre que no y como está tu mamá.
Me gustaría saber si pudiste ir a la playa otra vez. Si pudiste tener al fin a ese perrito que se iba a llamar Pororó y que tanto tiempo pasamos buscando. Si pudiste estar sentado con los pies en la arena y con él a tu lado como tanto imaginabas.
Extraño que me digas que todo va a estar bien y que pase lo que pase te puedo escribir.
Te extraño. Y deseo con toda mi alma que estés bien donde sea que estés.
Jamás nos despedimos, no te hubiera gustado que lo hiciera. Dijiste que no soportarías que te tuviera lástima, y probablemente el hacerlo te hubiera hecho sentir así.
Para que estés tranquilo, no me despido de vos, solamente te cuento. Mi vida, va lo suficientemente bien, aunque me gustaría más con vos acá.
Por favor no te preocupes por mí. Vos mismo me lo dijiste, siempre salgo adelante y por mucho que cueste, siempre puedo, tal como vos podías también.
Solamente voy a decirte una vez más, de tantas, que te quiero, que te amo, y sos una de las partes más importantes de mí vida, así que, tenés que estar bien, por mí, por tu mamá, por Alexandra, y por todos los que te queremos.
— Tu personita
