La poesía
es sombra de cuerpo inerte,
me vistió un día de febrero,
quedó adherida a mi ser
parasitaria.
itinerante,
aturde mis noches
sepulta mis sueños.
Me desvela
En narrativa
mora siempre mi conciencia:
ambas son verdades
mentiras reales.
No las confundan,
son opuestas,
vitales sí.
jamás duermo,
soy el último vagón del tren llevando
el cerro de palabras perdidas.
Así,
como la sinopsis
en el universo,
mi cerebro permanentemente vive en drásticas
y armoniosas expresiones,
sólo para hacer posible en otra vida,
en otra tierra...
el último amanecer.
Escribo para alejarme de mí,
Leo para acercarme a Dio