En 10 meses he aprendido a amarte de una manera en la que sé que no volveré a amar a nadie. También sé que nadie te va a amar como yo te amo. Porque como dijiste, nuestro amor es puro, verdadero y sincero. Sonará extraño, pero yo me enamoré al revés. Me enamoré de tus días malos, de tus lloros. Y luego me mostraste una parte alegre y tierna de ti, y caí aún más. Y sigo cayendo. Creo que nunca dejaré de caer.
Eres una persona hermosa. Tienes buenos sentimientos, una nobleza inmensa, un sentido del humor encantador. Y cuando me dices que quieres a alguien como yo a tu lado, simplemente me aturde. Aún no puedo creer que me ames. Al final del día, yo sigo siendo el demonio, y tú el ángel que me salva cada día. Pero es así, y no podría estar más feliz. Estoy orgullosa y contenta por todo lo que consigues, y todo lo que conseguimos. Por como crecemos y encontramos siempre la manera de volver la una con la otra.
Y tengo claro que, aunque las cosas cambiaran entre nosotras, yo te recordaría toda la vida. Porque tú y yo debimos ser. Porque las casualidades no existen. Y pido al cielo que nos permita seguir siendo. Quiero crecer contigo, y tener pulguitas, y hacerte feliz. Quiero convencerte de que eres digna de ser amada, y demostrártelo todos los días de mi vida. Demostrártelo hasta el infinito. Porque pase lo que pase, tú y yo somos infinitas.