Siempre fui un vago intento de polímata. El dibujo, la historia y las ciencias naturales han sido el eje de mi ámbito profesional y una puerta abierta a la curiosidad por el saber.

Dentro de este proyecto propio de hombre renacentista se esconde un niño preguntón que pretende acariciar cada arte, cada ciencia y cada aspecto de la humanidad con sus propias manos y disfruta encontrando nexos de unión entre conceptos, ideas y hechos.

La música, por ejemplo, entró en la ecuación de mi vida muy temprano, con trece años, pero la escritura ha sido de las últimas en llamar a mi puerta. Hasta ahora no le había invitado a pasar. La literatura en general siempre me ha sido un plato placentero de saborear. Gusto de endulzarme la mente con libros de cuentos, novelas históricas, ensayos científicos, diarios y versos antiguos. Reconozco que aún no se como cocinar ese plato yo mismo.

Espero de corazón que no se os atraganten estas pequeñas obras requemadas que he rescatado del fondo de mis cacerolas mentales e inquietudes.