Mi madre murió en accidente, nunca más lo volví a ver, ni siquiera se halló su cadáver, ninguna sola vez pude apreciar su hermoso rostro, tan parecido al mío, su único rastro, la única manera de volver a verla, aun de modo lejano, mi reflejo. La casa tampoco volvió a ser lo mismo, cada día estaba silenciosa, el sonido más prominente dentro de todo ese mutismo, mi llanto.
Mi casa estaba en El Segundo -es una ciudad- ubicada en el famoso condado de Los Angeles. Conocí a un chico moreno, chistoso, de nombre Scott McCall, todos los días siempre me abrazaba y molestaba diciendo algo así como "Stiles me gustas" "Stiles te amo".
EN "Black Water Lilies" continuación del One-Shot: "Te conocí en esa fiesta.