Ví tu rostro y te veías feliz, pero después miré tus ojos, estabas sufriendo en silencio y de nuevo ví, esa expresión en tu cara no era felicidad, no, ahí estaba ese montón de emociones reprimidas. Lo sé, tu mirada lo dijo todo, tenías miedo, de todos, de ti, de tu reflejo y sufrías. Y me dolió tanto verte así, pero no podía hacer nada por ti, simplemente así seguiría porque esa era tu decisión.
Y te perdoné y tú a mí. Nos necesitábamos, incluso más de lo creímos esa tarde bajo la sombra de las nubes…