Hola, personitas guapas, ¿cómo están?
Antes que nada, quiero pedirles perdón por la hora, el día y, sobre todo, por haber desaparecido sin avisar durante tanto tiempo. No estaba segura de cómo explicarles lo que pasó, pero creo que se merecen saber la verdad.
Hace un tiempo mi perrita falleció, y eso me golpeó muchísimo más de lo que imaginé. Para muchos puede parecer “solo una mascota”, pero para mí era parte de mi familia, mi compañía diaria durante 15 años y un apoyo enorme en momentos difíciles. Su pérdida me dejó muy triste, desanimada y sin energía para escribir. Hubo días en los que simplemente no tenía fuerzas para sentarme a actualizar, ni cabeza para enfocarme en la historia como se merecía. Sentía que si lo hacía en ese estado, no iba a poder darles el contenido que merecen, ni ponerle el amor que siempre le pongo a este libro.
También, les confieso que me sentía un poco mal por no cumplir con lo prometido, y eso hizo que me fuera alejando sin darme cuenta. No fue por falta de ganas de seguir con la historia, ni mucho menos por ustedes; al contrario, siempre las he tenido presentes. Solo necesitaba darme un tiempo para procesar el duelo, volver a encontrarme emocionalmente y recuperar la motivación.
Poco a poco he ido sintiéndome mejor, acomodando mis emociones y retomando el amor por escribir. Ya estoy volviendo a tomar fuerzas y a reconectar con esta historia que tanto adoro y que sé que ustedes también disfrutan. Por eso, es muy probable que este fin de semana regrese con actualizaciones.
De corazón, gracias por su paciencia, por no abandonar el libro y por seguir ahí a pesar de mi ausencia. De verdad valoro muchísimo que me lean y me acompañen en este camino. Les quiero un montón, y espero poder compensar esta espera con todo lo que viene en la historia.