Salutem

No es por nada, pero cierto está cuenta.

Salutem

"Ella habla de ti como tú fueras quien pone las estrellas en el cielo". 
          "Él habla de ti como si tú hubieras resucitado lo que en él ha muerto".
          Te quiero, pero ya no confío en ti. ¿Qué hacemos entonces? ¿Nos queremos a centímetros o nos odiamos a kilómetros? Te prometí que no me iría; aunque ya no hablemos, aunque estemos en caminos diferentes, incluso si no me recuerdas más, yo seguiré aquí.

Salutem

Si se trata de llamar a algo importante, o cualquier cosa importante que deba realizar... ése es el por qué estoy vacía. No tengo nada. No tengo nada que recordar. Él que siempre mira hacia adelante, es tan deslumbrante que ni siquiera puedo verlo.

Salutem

Probablemente me esté ahogando en el silencio. Como alguien que se ahoga, ¿es culpa mía si aparto la mano que se me ofrece? Así es como somos las personas. Así es como son las personas... que son como yo.
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Salutem

¿Quién eres?
          ¿El amor de mi vida? ¿Ese eres tú?
          No.
          Aún no lo eres. Eres un cristal impregnado de negrura y veneno que me envenena por mi obnubilencia, emponzoñando mis venas y recorriendo mi corriente sanguínea hasta que el rojo de mi amor se transforma en un púrpura, tono de amargura.
          Pero...
          ¿Quién eres realmente? ¿Eres realmente lo qué quiero, o lo qué necesito?
          No.
          Aún no. No estás preparado.
          Y caigo.
          Y lloro.
          Y me corto con el cristal que sujeta mi mano.
          Repite la pregunta.
          ¿El amor de mi vida? ¿Ese eres tú?
          No.
          Aún no lo eres.
          Todos ven el sangrado y me intentan curar con sus palabras y sus sonrisas; pero ninguno se ha tomado la molestia de preguntarme el por qué sigo sujetando el cristal.
          ¿Soy idiota? Quizás. O quizá no.
          Dime, con el corazón en tu mano y la otra apoyando la otra parte del cristal desquebrajado:
          ¿Quién eres realmente? ¿Eres realmente lo qué quiero, o lo qué necesito?
          Quizá una. Quizás ambas cosas.
          O no.
          O sí.
          No lo sé. No es el momento adecuado para que éstas palabras obtengan la respuesta que anhelo con ansia, aún no es el momento adecuado para empezar a reparar el cristal. Está sucio. Está envenenado.
          Pero...
          ¿Cuándo sanará?
          ¿El qué? ¿La herida?
          No. La herida siempre sana, da igual si tarda segundos, minutos, horas, días, semanas, meses o años.
          ¿Entonces?
          ¿Cuándo sanará ese veneno?
          No lo sé.
          ¿Tú lo sabes?
          No.
          Sí.
          ¿Seguro?
          Aquí sigo. — Susurró antes de alejarse del cristal, dejando la marca de su mano ensangrentada en esa película de color púrpura y ese verde que denota veneno, inexperiencia, ignorancia, dolencia e ira.
          Aquí sigo. — Repite. — Aquí seguiré, oculto entre la penumbra hasta que el color desaparezca y vuelva a ver ese color rojo que un día atisbó al otro lado del cristal.
          Y se fue.
          ¿Para siempre?
          No.
          ¿Para cuándo?
          Para algún día volver.

Salutem

Muchas personas han intentado y fallado en enamorar a mi corazón, en cautivar mi alma, sin estar consientes de que ya estoy enamorada y cautivada por alguien, sin embargo mi corazón falleció junto con ésa persona.

Salutem

Hay un infierno, créanme, lo he visto. 
          
          Me encuentro, ahora mismo, en un estado lamentable; y pienso cuándo será la última vez que leerán alguna de mis letras. Miedo me invade. 
          Bien podrían haberme encerrado en su corazón, y aventar lejos la llave. Pero fue al revés, yo encerré mi corazón y la llave la comieron mis entrañas. 
          A veces pienso que, si alguno de ustedes, estuviera en mi cabeza, se volvería loco. Tanto dolor por doquier, años sin desarmarme de ésta angustia, y nadie en quien confiar... Si me hubieran conocido años anteriores, no creerían que la niña que alguna vez fui, es la que soy ahora. Y si tan sólo me hubieran salvado temprano, simplemente hubiera sido, podría haber sido, alguien que ahora ya no soy, ni nunca seré. 
          
          Si no puedo volar con las águilas, entonces no puedo formar parte de su parvada. Lo más gracioso de todo esto, es que aún intento llegar alto. 
          
          Acaso todo lo que sucede en mi vida, ¿es acaso culpa de mi propio reflejo? ¿Del cuchillo que tenía en sus manos mi madre? ¿Y del Infierno en los ojos de mi padre? ¿Aún sigo con lo mismo? ¿Acaso yo era tu caballero de brillante armadura? ¿O como tú dices sobre mí, un obstáculo que escalar...?

Salutem

Lo quiero más de lo que me puedo permitir, y es algo que en su momento pudo llegarme a preocupar, pero para mí el amar es un grado de amor tan elevado que no lo puedo asociar con lo que siento. Lo quiero; no me gusta; lo quiero. Pero lo quiero como no he querido a nadie, y más de lo que creí que podría querer hasta ahora.

Salutem

@LaParejaToxica Oh... qué tierna.
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Salutem

He venido en respuesta a tus plegarias; la vida ya no tiene sentido, el vino no tiene sabor... la comida te produce nauseas. Parece que nada tiene razón de ser. ¿Y si yo pudiera devolverte todo? Calmarte el sufrimiento y darte otra vida. Voy a darte la oportunidad de elegir que yo, no tuve.

Salutem

Estoy muy ilusionada, por fin aún cuando no estoy haciendo lo que deseo me veo con ganas de avanzar. Siento que tengo acceso a algo que hasta ahora me habían negado por activa y por pasiva, y que soy mucho más afortunada de lo que jamás creía poder ser. Que la que tendría que sentir como la peor etapa de mi vida, analizada en profundidad es la mejor. Y sé a quién se lo debo agradecer. Así que... Mi vida no es lo que me corresponde, pero me va mejor de lo que merezco, o eso creo. Porque me han quitado mi libertad, pero estoy soñando como nunca lo he hecho.

RazielMelkai

@Confutatis Me alegra que sea así.
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Salutem

He estado demasiado tiempo en este lugar. El aire está enrarecido. Estoy estancada, no fluyo. Mi entorno ya no me aporta nada nuevo. Debo, pues, marcharme en busca de nuevos amaneceres. Dejé lo superfluo y llevo conmigo sólo lo esencial. Mi corazón, mi espíritu y mi cuerpo son suficientes. 
          Ordené mis cosas antes de irme, cerré los círculos y no dejé cabos sueltos. Mi partida es natural, como el migrar de las grullas en invierno. No escapé. Simplemente abandoné éste lugar, esta situación. Me fui.
          De aseguro encontraré nuevos compañeros de viaje.
          Tal vez algún día regrese.