Un día llegué a casa. Un olor fétido contaminaba la sala y yo, preguntándome que diablos era lo que provocaba semejante olor a cadáver del mismísimo anti-cristo, me acerco lentamente al baño, ya que parecía que provenía de ese lugar. Ruidos como unos quejidos de dolor se hacían más fuertes cada vez que me acercaba más y más.
Con sudor frío recorriendo mi frente y con manos temblorosas y empapadas por limpiarlo agarro la perilla con fuerza y abro la puerta poco a poco, haciendo que la puerta de madera rechinara. Allí fue cuando vi la escena...
Mi hermana estaba cagando.
Ha día de hoy sigo con traumas...
- México
- JoinedJanuary 22, 2019
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