Otra vez,
Otra vez me encuentro a mí misma buscando salvar un sentimiento,
cuidar un corazón ajeno, evocar algún recuerdo.
Otra vez,
Otra vez dejo mi alma al descubierto,
esperando, vigilando, con la esperanza de que, con suerte, la procuren.
Mis manos se vuelven suyas; mis ojos, el reflejo que mira; mi voz, un eco que consuela;
y mis labios, su medicina.
Otra vez,
Otra vez me desgarrará el corazón,
tratando de llevarlo a la tierra, donde habita su ser.
Otra vez,
Otra vez no soy mía.
Pero ya lo viví,
ya sentí, ya lloré, ya amé.
¿Por qué besar nuevos labios,
si alguna vez ya fui amante?
Aunque esta vez,
esta vez no perderé mi mirada en la suya,
no me acostumbraré a su voz,
no dibujaré futuros en el aire,
ni imploraré amor.
Esta vez, no moriré por amor.