Te odio, odio a la persona en la que me has convertido y odio saber que incluso ahora no soy capaz de odiarte por lo importante que fuiste para mí en su momento. No me importa, igual ni siquiera te extraño o te necesito, solo me molesta que mis avances como persona hayan decaído tanto por tu culpa. ¿Podría llegar a ser una buena persona? No lo sé, siento que en realidad ni siquiera merezco algo de compasión, tal vez me merecía todo eso...